Es un proyector muy pequeño que cabe en un ojo. Gracias a un lenguaje visual proyecta imágenes relacionadas con las palabras directamente en la retina (word-images). De esta forma, personas con dificultades en la visión pueden percibir desde dibujos sencillos hasta espacios virtuales.
Tal como explica al respecto el MIT en un comunicado el MIT, la máquina ha tenido una buena acogida en las pruebas clínicas que se han realizado con 10 personas afectadas por distintos niveles de ceguera. El proyecto ha sido publicado originalmente en la revista Optometry. The Internacional Herald Tribune dedica asimismo un interesante artículo a esta máquina.
Elizabeth Goldring, miembro del Center for Advanced Visual Studies del MIT, es la artífice de esta máquina, que ha venido desarrollando durante los últimos 10 años, en colaboración con más de 30 estudiantes del Instituto, y con algunos de sus oculistas personales, puesto que ella misma padece problemas en la vista.
El precio del aparato ronda los 3.100 euros, poco dinero en comparación con los 77.000 euros de la máquina en que se inspiró Goldring, el llamado oftalmoscopio de escaneo láser (SLO, Scanning Laser Ophtalmoscope).
Esta investigadora, que también es poeta, comenzó a interesarse en la relación entre arte y tecnología avanzada en una visita que hizo a su oculista, Lloyd Aiello, director del Beetham Eye Institute del Joslin Diabetes Center. En ese momento Goldring estaba completamente ciega, pero la cirugía restauró la visión de uno de sus ojos.
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