5.6.06

Construyen una máquina que permite a los invidentes leer libros y ver fotos

Una máquina capaz de proyectar imágenes en la retina de las personas invidentes o con visión disminuida ha sido desarrollada por una investigadora del MIT que además es poeta y padece problemas de visión. Es el proyector más pequeño del mundo que, colocado en un ojo, permite a personas con problemas en la vista leer libros, ver fotos o visitar espacios virtuales para preparar visitas a nuevos edificios. En realidad se trata de una versión popular del oftalmoscopio láser (SLO), que se emplea para mediciones de la retina y del nervio óptico, pero tiene un tamaño y un precio muy inferior. La investigadora ha creado un lenguaje visual propio para la máquina y cree que será muy útil a personas que hayan perdido o disminuido su visión como consecuencia de padecer diabetes, degeneración macular o glaucoma. Por Yaiza Martínez.


Construyen una máquina que permite a los invidentes leer libros y ver fotos
Una investigadora del MIT (el Instituto Tecnológico de Massachussets) ha construido una pequeña y relativamente barata máquina que permite a los invidentes o a personas con problemas en la vista leer libros, ver fotos o visitar espacios virtuales, entre otras cosas.

Es un proyector muy pequeño que cabe en un ojo. Gracias a un lenguaje visual proyecta imágenes relacionadas con las palabras directamente en la retina (word-images). De esta forma, personas con dificultades en la visión pueden percibir desde dibujos sencillos hasta espacios virtuales.

Tal como explica al respecto el MIT en un comunicado el MIT, la máquina ha tenido una buena acogida en las pruebas clínicas que se han realizado con 10 personas afectadas por distintos niveles de ceguera. El proyecto ha sido publicado originalmente en la revista Optometry. The Internacional Herald Tribune dedica asimismo un interesante artículo a esta máquina.

Elizabeth Goldring, miembro del Center for Advanced Visual Studies del MIT, es la artífice de esta máquina, que ha venido desarrollando durante los últimos 10 años, en colaboración con más de 30 estudiantes del Instituto, y con algunos de sus oculistas personales, puesto que ella misma padece problemas en la vista.

El precio del aparato ronda los 3.100 euros, poco dinero en comparación con los 77.000 euros de la máquina en que se inspiró Goldring, el llamado oftalmoscopio de escaneo láser (SLO, Scanning Laser Ophtalmoscope).

Esta investigadora, que también es poeta, comenzó a interesarse en la relación entre arte y tecnología avanzada en una visita que hizo a su oculista, Lloyd Aiello, director del Beetham Eye Institute del Joslin Diabetes Center. En ese momento Goldring estaba completamente ciega, pero la cirugía restauró la visión de uno de sus ojos.

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